KTBO
05/23/2022
Indudablemente los cambios realizados por la pandemia fueron algo que transformó la manera en que vemos la vida, esto nos removió y aún nos remueve por dentro. Esta situación nos obligó a explorar otros esquemas, formatos, actividades, habilidades y múltiples escenarios para calmar un poco la incertidumbre. Fue una coyuntura para cuestionar lo que hacíamos y pensábamos, y claro, también para hacer una pausa.
Aunque “bajar el ritmo” fue más una obligación que una elección, se convirtió en cambio cultura para muchas personas, transformando su perspectiva y retomando un estilo de vida llamado “slow living”.
El slow living es un concepto que surgió varios años atrás como contraposición a la vida acelerada y a la cultura de la inmediatez. El slow living aboga por recuperar el ritmo natural de las cosas y enfocarse más en la calidad que en la cantidad, tomando consciencia de la forma en la que comemos, viajamos, consumimos, producimos y vivimos. Igualmente, promueve un acercamiento más lento a actividades como sentarse, relajarse, pasar tiempo con nuestros seres queridos, y en general, a interactuar con los otros y el entorno sin la presión del tiempo. Asimismo, también pone como prioridad el bienestar físico y psicológico.
Definitivamente, esto representa un cambio de comportamiento en los consumidores, lo que como marcas y agencias debería moldear nuestros mensajes y acercamiento.
Por ejemplo, marcas relacionadas con actividades o pasatiempos en el hogar tienen una gran oportunidad para promover contenidos que conecten con la necesidad de disfrutar los pequeños detalles.
Por otro lado, el slow living reivindica la conservación del medio ambiente, por lo que los consumidores son sensibles a las posturas que ejercen las marcas y su responsabilidad con el entorno, lo que puede ser determinante para preferir una marca sobre otra.
Ciertamente, las marcas tienen un gran terreno por explorar para construir una oferta que se vincule con la ideología de sus consumidores, y no solo eso, sino que es una oportunidad para volverse autocríticas y reflexionar en torno a su esencia para tomar y transmitir una postura frente a los sucesos sociales y culturales.
Si bien, el slow living es una tendencia, lo que significa que puede cambiar, no debería desestimarse ofrecer flexibilidad y espacio en nuestra día a día, ya sea como marcas o consumidores.